Los primeros años son una etapa crítica en la vida de un niño, donde la crianza y el entorno juegan un papel vital en su desarrollo integral. Proporcionar un ambiente seguro, amoroso y estimulante es esencial para fomentar un crecimiento saludable.
Desarrollo emocional:
Aprenden a reconocer, expresar, comprender y regular sus propias emociones, así como a desarrollar habilidades sociales y empatía hacia los demás.
Desarrollo social:
Capacidad de interactuar y relacionarse con otros de manera efectiva.
Desarrollo cognitivo:
Desarrollan habilidades mentales como el pensamiento, la memoria, la resolución de problemas y el lenguaje.
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